Después de mi victoria moral matutina
(ver
http://enelnombredelkarma.blogspot.com.es/2012/05/el-cuento-empieza-en-un-viaje-como-todo.html)
el día no podía estropearse.
Parece que cuando la jornada comienza
así no habrá nada ni nadie que pueda hacerte agachar la cabeza.
Un ex-compañero de trabajo, desde su
madurez y desde la experiencia de haber pasado por algún que otro
susto, me mandó el único mail en cadena que he leído al completo
en mi vida. Era un mensaje muy optimista que invitaba a ver la parte
positiva en cualquier situación, por ejemplo: si eres cojo, alégrate
porque puedes caminar. ¡Buena filosofía, sí señor!
Pero su lección más importante no
vino en este mail y fue la siguiente: no importa lo bien que empiece
un día. Siempre habrá algún h*** ** **** a fastidiártelo (a
jodértelo según la versión
original). Así que, ya puestos, mejor que sea cuanto antes. Así
tendrás el resto del día para recuperar el buen humor.
Pues
bien, ese día, con mi hazaña en el tren fui la h*** ** **** de la
buena mujer aunque ésta se lo mereciera. La historia terminó bien
después de la pista americana que yo misma me había auto impuesto
por un digno objetivo.
http://patritezanos.blogspot.com.es/2012/02/la-senora-demasiado-maquillada-que-fumo.html |
Después
de ver la cara que se le había quedado a la susodicha por mi
cortesía, y antes de que empezara a echar espuma por la boca y a
tener convulsiones, síntomas claros de una herida casi mortal en su
orgullo, me levanté, recogí mi bolso y me tele transporté en un
segundo a la otra punta del vagón. Las venganzas es lo que tienen;
hay que estar preparada para asumir las consecuencias...
Hasta
hace poco, mis protestas tenían argumentos, convicción y valentía.
Pero...”pa' dentro”. Es decir, eran tan silenciosas que se
invertían y se quedaban ahí, todas colocaditas bien adentro
provocándome una úlcera palabra a palabra.
Así
que pequeños actos como este significan una especie de catarsis
liberadora, una depuración de, por lo menos, un mes de contenciones
y una lengua sufrida que aguanta mordeduras hasta sangrar.
Pero
las catarsis son algo excepcional y deben limitarse a una por mes. Al
día siguiente, por tanto, no tocaba y tendría otra prueba de
nervios nada más salir de casa.
Pero
eso es otro cuento...
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